Jose Mauricio Medina

Jose Mauricio Medina 
October 17, 1949 – January 20, 2025
“In loving memory of a hardworking and beloved Dad and Grandpa.”

Jose Mauricio Medina was born on October 17, 1949, in Santa Ana, El Salvador, to Rosa Emilia Medina and Isabel de Jesus Arana Alvarado. Growing up, Mauricio discovered his love for auto repairs with the help of his uncle, that he lovingly referred to as el tío.

At 28, Jose Mauricio made a life changing decision and moved to Los Angeles, California, alongside his family, in search of new opportunities. It was here in the U.S. that he went on to grow his family, welcoming two more children.

Mauricio had an incredible work ethic and a passion for learning. He started by completing the ESL program at Evan's Community Adult School and later took advanced automotive courses at Los Angeles Trade Technical College (LATTC). His hard work and determination paid off as he became an Advanced Master Auto Technician.

Mauricio worked at Jerry’s Garage in Hollywood, where he attributes a lot of his valuable experience from. Thanks to the encouragement of a professor at LATTC, he applied to Metro (LACMTA), where he proudly worked for 23 years. He loved his job, and his dedication inspired everyone around him.

Education was very important to Mauricio. It was a value he passed down. He always checked in with his grandchildren about their schooling and supported them in every way he could. He often talked about retiring in El Salvador and even joked about bringing one of his granddaughters with him to enjoy the peaceful life he imagined.

Mauricio stayed closely connected to his roots, returning to his hometown of Santa Ana every year. These trips were not only a chance to see friends and family but also to visit and maintain the businesses he had established there earlier in life. His connection to his homeland never faded, and he cherished the time he spent there. 

At home, Mauricio enjoyed tending to his plants and caring for his beloved pomegranate, apple, and peach trees and his beautiful roses. He loved soccer, watching and cheering for his favorite teams, and never missed a single World Cup. Music brought him peace and joy, with favorites like Julio Iglesias, Jose Feliciano, The Carpenters, Air Supply, ABBA, The Bee Gees, Wilson Phillips, Phil Collins, Foreigner, and Creedence Clearwater Revival always playing in the background. On his daily commutes to work, he’d tune in to KFI AM 640 or KOST 103.5, finding comfort in the familiar voices and songs.

Mauricio’s greatest joy was his family. He is survived by his three children, two daughters and a son, and four grandchildren. Family outings, good food, and laughter filled his happiest moments. In his last year, his family made sure he felt deeply loved and appreciated every single day.

Mauricio passed away peacefully on January 20, 2025, at the age of 75, surrounded by unconditional love. He leaves behind a legacy of hard work and unwavering devotion to his children and grandchildren.

Arrangements are being handled by Forest Lawn, Hollywood Hills, CA.

José Mauricio Medina
17 de octubre de 1949 – 20 de enero de 2025
"En memoria de un papá y abuelo que siempre será amado y admirado." 

José Mauricio Medina nació el 17 de octubre de 1949 en Santa Ana, El Salvador, hijo de Rosa Emilia Medina e Isabel de Jesus Arana Alvarado. Desde joven, Mauricio descubrió su pasión por la mecánica automotriz gracias a su tío.

A los 28 años, José Mauricio tomó la decisión de cambiar su vida y se mudó a Los Ángeles, California, junto con su familia, en busca de nuevas oportunidades. En Estados Unidos, su familia creció al dar la bienvenida a dos hijos más.

Mauricio tenía una ética de trabajo increíble y una pasión por aprender. Comenzó su camino académico completando el programa de inglés como segundo idioma (ESL) en Evan's Community Adult School y continuó sus estudios con cursos avanzados de automotriz en Los Angeles Trade Technical College (LATTC). Su esfuerzo y dedicación lo llevaron a convertirse en un técnico automotriz avanzado (Advanced Master Auto Technician).

Trabajó en Jerry’s Garage, en Hollywood, donde adquirió mucha de la experiencia valiosa que marcó su carrera. Gracias a la motivación de un profesor en LATTC, Mauricio aplicó a Metro (LACMTA), donde trabajó orgullosamente durante 23 años. Amaba su trabajo, y su dedicación fue una inspiración para quienes lo rodeaban.

La educación era algo muy importante para Mauricio, un valor que siempre quiso transmitir a su familia. Siempre preguntaba por los estudios de sus nietos y los apoyaba en todo lo que podía. Muchas veces hablaba de retirarse en El Salvador y, con su característico sentido del humor, bromeaba con la idea de llevarse a una de sus nietas para compartir la vida tranquila que se imaginaba allá.

Mauricio siempre se mantuvo conectado a sus raíces, regresando todos los años a su querida Santa Ana. Estos viajes no solo eran una oportunidad para visitar a familiares y amigos, sino también para cuidar de los negocios que había establecido allá en su juventud. Su conexión con su tierra natal nunca se desvaneció, y siempre atesoró esos momentos.

En casa, Mauricio disfrutaba cuidar de sus plantas y árboles frutales: su granado, su manzano, su durazno, y sus hermosas rosas. Era un amante del fútbol, siempre viendo y animando a sus equipos favoritos, y nunca se perdía un solo Mundial. La música también le traía paz y alegría, con canciones de Julio Iglesias, José Feliciano, The Carpenters, Air Supply, ABBA, The Bee Gees, Wilson Phillips, Phil Collins, Foreigner y Creedence Clearwater Revival sonando de fondo en su hogar. En sus trayectos al trabajo, disfrutaba escuchar KFI AM 640 o KOST 103.5, encontrando consuelo en las voces y canciones familiares.

La mayor alegría de Mauricio siempre fue su familia. Le sobreviven sus tres hijos, dos hijas y un hijo, y sus cuatro nietos, quienes le llenaron de orgullo y felicidad. Las salidas familiares, la buena comida y las risas eran los momentos que más disfrutaba. En su último año, su familia se aseguró de demostrarle cada día cuánto lo amaban y cuánto significaba para ellos.

Mauricio falleció en paz el 20 de enero de 2025, a los 75 años, rodeado de amor incondicional. Deja un legado de trabajo arduo y una devoción inquebrantable hacia sus hijos y nietos.

Los arreglos están a cargo de Forest Lawn, Hollywood Hills, CA.