Hermogenes E. Escoto

Hermógenes Ernesto Escoto Mayorga nació el Febro-26-1918 en León, Nicaragua y murió en Febro-21-2013 en Redlands, California. Hijo menor de una familia de seis hijos. A los 2 años de edad perdió a su madre a la que siempre extrañó, pero tuvo la suerte de tener un padre quien dedicó el resto de su vida a crecerlos y a orientarlos en el ambiente familiar. También tuvo la dicha de tener a su lado a su tía materna a quien él llamó "Mamita Valentina" quien dedicó su vida a ayudar a crecer a estos niños como lo prometió a su hermana. Desde joven combinó sus dos más grandes pasiones, la agricultura y el amor por la música. Estando muy joven perteneció a un conjunto o banda en donde él tocaba la mandolina y la guitarra. Así fue como el destino le puso en el camino a Ana, a quien conoció, con la que estuvo casado por 70 años y con la que procreó 8 hijos, 3 varones y 5 mujeres. Ya estando casado dedicó su vida a su familia y apoyar a su esposa en todas sus actividades de madre, esposa, cristiana, maestra, directora y líder comunitaria. En la medida de sus posibilidades apoyó y ayudó económicamente a la iglesia y a la comunidad. Fue un hombre honesto buen esposo, buen padre, buen hijo, buen amigo. Extendió su amor, protección y abrigo a sus familiares y a todo aquel que le pidió ayuda y era muy común escuchar decir, "él es como un padre para mí". Era un hombre muy callado, pero muy sabio en los conocimientos bíblicos. Aprendió mucho de la palabra al lado de su cuñado, el esposo de una de sus hermanas, quien fue el pastor de nuestra iglesia, y a quién apoyó cuando el evangelismo no era aceptado y por el contrario era rechazado y penado por los miembros de la comunidad. Esto lo ayudó a crecer y a formar su carácter junto a su esposa, de quien enviudó hace 8 años, y a aplicar su amor y conocimientos en pro del beneficio de sus hijos. Pues él siempre fue protector de su familia y un excelente consejero que guió con amor no sólo a sus hijos, pero también a sus 32 nietos, 29 bisnietos y 3 tataranietos hasta en los últimos momentos de su vida. El será siempre extrañado.


Hermogenes Ernesto Escoto Mayorga was born February 26, 1918 in Leon, Nicaragua. He died February 21, 2013 in Redlands, California. He was the youngest of six siblings. When he was 2 years old he lost his mother, Francisca, whom he never forgot. He and his brothers and sisters were blessed with a father who dedicated his whole life to insured that they had a good family life and to reared them to be good Christians and citizens. He also had the good fortune to have his maternal aunt, whom he called "Little Mother Valentina". She dedicated her life to keep her promise to her sister, to help race her nephews and nieces. Since he was very young he combined his two passions, music and farming. When he was very young he belong to a group of musicians in which he played the guitar and the mandolin. This path led to him meeting the love of his life, Ana, whom he later married and lived with for 70 years. Together they had 8 children (3 boys and 5 girls). Once married, his whole life was dedicated to be the best husband and father. He supported his wife in all her endeavors: mother, wife, and teacher, principal of the school, Christian, leader of the community. Within his capabilities he supported economically and morally the community and church. He was an honest man, a great father, husband, son, and a good friend. Over the years he extended his love, friendship, support, and protection to his relatives and to all who asked for his help. It was not uncommon to hear it said "he is like my father". He was a quite man, but also a wise man, not only in everyday things, but also in biblical knowledge. He learned and study the bible at the side of his brother in law, Peter married to his sister Sarah, who was a Pastor. Protestant Churches were not accepted in those days as Catholicism was prevalent in our culture. This circumstances help shaped and grow his character along with his wife, who died 8 years ago. They applied all their knowledge and love towards the benefit of all their children. He was the protector of his family, an excellent adviser, who guided with love, not only his children, but also his 32 grand-children, 29 great-grand-children, and 3 great-great-grand-children until the end of his life. He will be greatly missed.